
Uno de los productos traídos a Europa desde el Nuevo Mundo, descubierto por el almirante Cristóbal Colón (1451-1506), a finales del siglo XV, fue, sin duda, el chocolate.
Similar al té o al café, por ser un estimulante, su principio activo es la teobromina, que significa “alimento de los dioses”.
Era la bebida favorita entre los emperadores aztecas, que eran considerados como dioses.
Se sabe que en el cuarto viaje a América conoció esta especie de almendra que servía de moneda y a la vez de bebida pero el primer europeo que probó la bebida fue el conquistador español Hernán Cortés(1485-1547), invitado por Moctezuma II (1502-1520) , que se la sirvió en una calabaza dorada.
Los aztecas recogían los frutos siempre verdes del cacao y los dejaban al sol. Luego lo molían. Según cuenta Thomas Gages, la etimología de la palabra chocolate es una onomatopeya proveniente del sonido que hacían las vainas trituradas en el molino, un sonido que podríamos transcribir como “choco-choco”.
Como hemos comentado, el cacao se convirtió en la moneda azteca por lo que no era una bebida para gran parte de la población. Este chocolate que le sirvió el emperador Moctezuma II a nuestro Hernán Cortés no era líquido, sí era frío y con una textura parecida a la miel. Se tomaba con cuchara y acostumbraban a añadir especies como la vainilla, que todavía hoy en día se hace, y maíz.
Pero cuando el chocolate se introdujo en Europa, al ser tan caro, sí que se tomaba líquido porque se mezclaba con agua. Y también se mezclaban con especies diversas, ya que se consideraba que era un alimento afrodisíaco.
Ya en el siglo XVII el chocolate estaba bien arraigado en las cortes europeas y al igual que pasó con el café, mientras se saboreaba una buena taza de chocolate, se hablaba, se discutía, se filosofaba…
En España, en un principio, se tomaba como medicamento para paliar la debilidad. Pero rápidamente se convirtió en una bebida muy apetitosa ya entrados en el XVII, al igual que en el resto de Europa. Y claro, como en otros productos “selectos”, rápidamente la hacienda pública, como hoy en día en todo, lo gravó de forma considerable, “cinco reales por libra”.
Tenga impuestos o no, la verdad es que hoy en día este producto es de los más considerados en el mundo e incluso se habla de adicción al chocolate. Sin ir más lejos podemos encontrar en Facebook, páginas de “Adictos al chocolate”.
Fuente: historiacocina.com / ”Cocina y civilización” de Carson I. A. Ritchie.
Imagen de David G-H
Vie, May 14, 2010
Cocina e Historia