¿Os imagináis vuestro salón iluminado por una lámpara tomatera?
Sigal Shapiro, una estudiante israelí de diseño, ha creado una lámpara que funciona con tomates.
Para su original diseño necesitó 12 tomates a los cuales les introdujo cobre y zinc, produciendo una reacción química gracias a los ácidos del fruto. Los tomates ejercen de baterías de una lamparita que está recubierta de oro para así lograr una óptima conducción.
Esta creación fue presentada en la feria de diseño mobiliario en Milán y ha creado una gran expectación entre los asistentes.
“No se trata de alta tecnología, sino que nos basamos en las pruebas que todo niño de secundaria realiza en el laboratorio de física del colegio y que consisten en convertir una fruta en batería”, ha destacado Ezri Tarazi, jefe del programa d-Vision para jóvenes talentos del diseño en Israel, antes de precisar que también podrían servir limones o patatas para dar luz al invento.
El singular diseño ecológico se llama Still Light, un juego de palabras que procede de la voz en inglés Still Life, que significa naturaleza muerta y sirve para designar a los bodegones. ”La parábola viene a ser ‘capturando la vida de algo que va a morir’, y en este caso, capturamos la energía de algo perecedero, pues el tomate se pudre y deja de servir en el plazo de dos semanas”, ha explicado Ezri.
Tiene gracia la lámpara, aunque para que funcione, cada vez que se pudran los tomates tendremos que cambiarlos…
Fuente: elperiodico.com
Foto: EFE
Mie, Abr 28, 2010
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